Hay que salir a la calle, es la respuesta de lxs activistas ante la crisis. Seguido por la infame pregunta: ¿a qué? A hablar con la gente, a explicarles porque el PNPPD no nos representa, a invitarlos a luchar. Perfecto. Pero, ¿cómo?
Desde Vueltabajo proponemos re-creando comunidad. Re-ocupando espacios coloquiales. Re-formulando nuestra participación social. Sin arrogancia pero con convicción. Desde nuestras habilidades. Desde nuestros talentos. Desde quienes somos sin tapujos.
En los años recientes ha reaparecido una escena teatral callejera enfocada en las artes circenses. Posiblemente se le deba gran parte de este resurgir a la figura de Luis Oliva, quien desarrolló una amplia práctica sobre circo, al igual que un programa especializado en la Escuela de Bellas Artes de Bayamón. De allí nacen gestiones de sus alumnxs, como por ejemplo, la de Natalie Droz brindando talleres de acrobacia a jovencitos junto a Circo Eclipse. Además es necesario recordar siempre a lxs maestrxs Pedrito Santaliz, Tere Marichal, Deborah Hunt, entre otrxs grandes que en la calle han desarrollado un trabajo impecable.
Entre lxs jóvenes, las iniciativas del Circo Nacional de Puerto Rico han desarrollado una gama de artistas que han tomado la labor de adelantar la práctica circense en el país. Con una particularidad, ha sido en la calle, en los semáforos, en las escuelas y en las plazas públicas donde se ha gestado esta ofensiva artística. Saliéndose de los teatros, galerías y demás espacios predispuestos al arte. Es ahí donde artistas como Jafet Irizarry, 'Coco', Pablo y Efraín del Hierro, Jimena Lloreda, Alex Millán, Angie, entre otrxs se vuelven una red expansiva de malabaristas que ha inundado las vías públicas del país.
Se sale a la calle por necesidad. Por la falta de espacios culturales diversos y accesibles. Se sale a la calle para transformar la cotidianidad. Para gestar un lugar en la vida de las comunidades a las que pertenecemos. Para que nuestras voces e inquietudes no sean extrañas en los oídos de nuestros vecinos.
Vueltabajo junto a Matotumba, Colectivo Columpio, Casa Múcaro y Teatro Ágape, proponemos un circo pobre. Circo como medio que reúne múltiples disciplinas. Pobre en el sentido de gestiones y estéticas independientes. Que regrese a las plazas y convoque a familias del pueblo. Un espacio de encuentro sin agendas particulares pero sin caer en la vulgaridad ni en la enajenación social que domina la cultura del país. Un Circo en la Plaza.
En este circo participan lxs cuentacuentos narrando historias de solidaridad, unidad y amor. Pero también historias de violencia, de maltrato, de negras. Lxs payasxs interactuando en el tú a tú, activando la urgencia de participación colectiva. Lxs malabaristas, artesanxs, músicxs, pintorxs, teatrerxs, juntas expandiendo las concepciones de nuestra capacidad física e imaginación. Es un circo participativo, donde se juega a ser niñxs con niñxs y para niñxs.
Sabemos muy bien que desde el circo, y las artes en general, no se gestará un movimiento que transformará la isla y terminará la crisis. Pero pretendemos crear un primer lugar de encuentro comunitario. Gestar una semilla que junto a otras, ojala, florezcan en una enredadera de resistencia común.
-Rau Reies
No hay comentarios:
Publicar un comentario