sábado, 5 de mayo de 2018

¡¡A Papel Machete no!!





Recuerdo la primera vez que vi a Papel Machete en acción. Fue en el Teatrito del RUM  para el 2009. Un batallón de artistas detrás de una pantalla manipulando títeres, haciendo música y contando historias de las diferentes luchas de clases que se vivía en el país para entonces. Debo admitir que nunca había visto algo como aquello. El nivel estético y técnico era evidente. Se podía apreciar la calidad del trabajo por la precisión y la originalidad de sus títeres. Pero lo más que me impresionó fue la frescura de sus libretos. La capacidad y valentía de hablar sobre temas controversiales como la huelga de maestras del 2008 o la de estudiantes del 2005. La babilla para denunciar con nombre y apellido a corruptos y de enaltecer con nombre y apellido a quienes luchan. La astucia de convertirse en un periódico para quienes buscamos cambiar el país, de reconocer que quienes luchan tienen derecho a vencer.

La segunda vez que vi a Papel Machete fue con su títere gigante en la huelga de los Once Recintos en el 2010. Nuevamente quedé impactado. Una de las preguntas que uno se tiene que hacer cuando empieza hacer teatro es dónde. En qué lugar y para qué público se hace teatro. La respuesta de Papel Machete: la calle, las canchas, las huelgas, las barriadas. Llegar a los lugares que habitamos los pobres, los sin futuro. Pero no se trata de solo salir a la calle, es salir a impactar. A llevar cuentos de liberación, a desmentir políticos, a agitar comunidades, en fin, a crear revolucionarias.


Pudiera seguir recordando y analizando la trayectoria. Entrar en explicar la versatilidad y utilidad de un títere gigante en una marcha combativa. O cómo pocos años más tarde el grupo desarrolla un marching band. Atreviéndose a bailar y consignar a un ritmo que no es plena, como contingente, sin pretensiones fuera del bienestar de la manifestación y del arte. Pero para eso necesitaría otros escritos, varios. Mi objetivo no es ese.

Mi objetivo es afirmar que Papel Machete es sin lugar a dudas una de las colectivas más importantes del teatro y la lucha local de la pasada década. Y como tal, a pesar de lo que sus pares puedan pensar, el estado lo reconoce. Sí, muy bien que lo reconoce. A tal nivel que tras dos días de grandes movilizaciones populares, las compañeras están bajo el hostigamiento de la Policía de Puerto Rico. Helicópteros y patrullas merodean las cercanías de la Casa Taller Cangrejera en claro intento por intimidar nuestros colegas. Desde Vueltabajo repudiamos rotundamente la persecución selectiva y malintencionada por parte del gobierno. Responsabilizamos a Ricardo Roselló y a Héctor Pesquera por cualquier daño que ocurra a la salud e integridad de nuestras compañeras. Y advertimos que no lograrán acallar las voces del teatro popular y disidente de nuestro país.

A nuestras colegas les decimos que cuentan con nosotras para enfrentar a estos ladrones hoy y mañana. Que las calles son nuestras, que la lucha continúa y que con papel y machete armaremos un mejor futuro. Gracias maestras y maestros.


Un abrazo solidarios desde el oeste,
Mayo 2018

Rau, Eury y Zu         
Vueltabajo